Cáncer = Montaña Rusa de Emociones

La noticia de la recaída me cayó como un baldado de agua fría en la cabeza. Mi animosidad estaba centrada en que estaba cerca de la meta. Jamás vislumbre que tendría posibilidad de recaer antes del trasplante de médula; más bien me atemorizaba que si lo fuera después de esto. Tuve muchos sentimientos encontrados, entre ellos predominaron: la rabia, la desesperanza, las ganas de tirar la toalla, la conmoción, entre otros. ¡Todo fue tan rápido! Un día estaba en La Marly iniciando con algo nuevo y al día siguiente estaba llorando con mis enfermeros y mis doctores de regreso en el INC. Aquí me consolaron con las palabras que no quería oír, con ese positivismo extremo de decir: "Todo va a estar bien" o "Pudo ser peor". Eso no me sirvió para nada. Me sirvió llorar, putear y patalear; me sirvió gritar que estaba inconforme y que no entendía nada de esto, que mi voluntad, mi ímpetu y mi resilencia parecían ser unos adornos a un destino ya marcado. Me pareció injusto conmigo, y luego veo a mis lados y hay casos más fuertes y me digo: "¿Cómo putas hacen para estar de pie en lucha? ¿Acaso esto no es una completa mierda? ¿Acaso ellos no sienten que esto nos arruina la vida? 

Fueron pocos días de reflexión, quizá muy pocos para llegar a las reflexiones que quiero compartirles el día de hoy. Reflexiones que tal vez estaba cuajando desde antes, pero solo después de la tormenta emocional las sentí como verdaderas, como mi paso a seguir. No puedo seguir nadando en contra de la corriendo y esperar que las cosas sean diferentes, no puedo seguir haciendo esto más difícil de sobrellevar, acabará con mi paz mental e incluso puede que con mi vida. Está bien dejarse atosigar de todas las emociones que sentimos. Los sentimientos no son malos en sí, son malos cuando persisten, cuando van haciendo mella y llegamos a un punto de no retorno. Sin embargo, está bien sentir, tanto lo bueno como lo malo y dejarlo salir. Para mí la salida son estas letras, estas palabras, hablarle al público y a la nada. Para otros lo serán la pintura, la escritura en un diario, el deporte de contacto, los gritos y el sueño. Lo supremamente importante es dejarlos salir, sentirlos, abrazarlos y finalmente soltarlos.

Hace poco mi prima Majo me envió un vídeo emotivo y motivacional en cierto modo de una chica con fibrosis quística, que para los que no saben es progresiva y mortal, con una expectativa de vida corta. En sus palabras: "Está muriendo, como todos, pero a una velocidad más rápida". La enfermedad requiere de muchos cuidados y hospitalizaciones, ella cuenta que lleva más de un tercio de su vida en hospitales; yo solo pensaba "Wow, ¿cómo rayos hace una vida así? Y ¿Saben? Lo hizo. Después de casi morirse a los 13 años se levantó y dijo, quiero vivir, quiero ser más que la enfermedad, no quiero que ella me defina. Quiero aportar al mundo, que vean que se puede vivir estando enfermo, que la enfermedad no sea una excusa para dejar de vivir... Y entonces eso movió algo en mí, pero lo sentí como un mensaje tardío porque, a puertas del trasplante, ya me estaba imaginando retomando mi antigua vida, la única conocida, la que se puede "vivir". Durante todo este año he pasado por un sin fin de reflexiones y pensamientos. Al principio esto lo vi como un reto, como una oportunidad de hacer nuevas cosas, nuevos proyectos, sin embargo, a medida que fue avanzando el tiempo todo se fue desmoronando. Anhelaba cada vez más regresar al punto en donde consideraba que era totalmente feliz. Olvidé que la enfermedad no es un obstáculo para ser feliz. 

Luego, ayer 28 de agosto de 2020, leí otra noticia desesperanzadora, el actor Chadwick Boseman, que hace de Pantera Negra en el multiverso Marvel, falleció a causa de un cáncer de colón. ¡Mierda! Cada día alguien "pierde" la batalla contra el cáncer. ¿Pero qué saqué de eso? Me dí cuenta que el actor, parece, nunca se preocupó por eso o si lo hizo, lo hizo en la privacidad. Siguió trabajando a pesar de su enfermedad, lidiando con los síntomas y los efectos de secundarios de las quimioterapias y las cirugías. Tenía cáncer desde el 2016 y se veía excelente, rebosante de salud, detrás estaba en su lucha interna con una enfermedad posiblemente mortal. 

Y de esa noticia aprendí que la vida es hoy, que no puedo seguir tumbada existiendo y respirando mientras supero la enfermedad, porque la verdad no sé si la llegue a superarla. Yo quiero curarme, ¡claro!, pero no puedo desligarme completamente de la realidad y de los riesgos de mi padecer. Tengo que hacer una vida que se acomode a las circunstancias, una vida quizá desligada a mi profesión y con mi visión futura. Aprenderé cosas nuevas, no me importa si aportan algo al mundo o solo alivianan mi carga emocional. Iniciaré proyectos, que consideré en su momento vergonzosos. Escribiré en Wattpad historias de romance juvenil, puliré una novela para publicación, haré ejercicio para verme bella, participaré más activamente en la Fundación de Leucemia y Linfoma, ¡yo qué sé! Cualquier cosa, cualquier cosa que me haga sentir viva. No quiero vivir para la enfermedad, no quiero que la enfermedad me supere, no quiero dejarme quebrar de nuevo por ella. Muy probablemente tendré nuevos altibajos porque esto no es fácil, no obstante, HOY 29 de agosto digo: "Yo, Daniela Andrea Moreno Luna, voy a aprender a convivir con mi enfermedad y voy a dejar de pelear con ella". Tendré episodios de desespero, es normal, el tratamiento parece un castigo interminable y las malas noticias un suplicio eterno. Pero ahí vamos, pasito a pasito, día a día. Viendo el día como mejor se pueda vivir. 

Muchas veces me abrazo al deseo de la muerte, al desespero de vivir en una realidad como esta, pero en el fondo me doy cuenta, descubro, que tengo más miedo de morir del que razono. Que algo dentro de mí se ata a la esperanza de seguir viviendo. Entonces ¿por qué seguir batallando con la realidad? Es horrosa, lo sé, la odio también, y lo peor de todo es que nada de eso va a hacer que cambie, que se altere. No sé cuándo voy a morir, y sé que no quiero morir existiendo solamente, quiero retomar una vida que pueda disfrutar. Tengo que dejar de imaginarme el futuro porque quizá ni exista, dejar de pensar que mis compañeros están allá trabajando, consiguiendo empleo, aprendiendo, viajando y yo estoy "perdiendo el tiempo". Yo estoy viviendo otra experiencia, una experiencia única, de muchos aprendizajes, de aprendizajes internos, de aflorar la persona que quiero ser. Infortunadamente ¡LA VIDA ES HOY! Mañana, no sabemos. 

Para finalizar quiero dejarles el vídeo de la chica que mencioné anteriormente, Claire Wineland. Infortunadamente está en inglés, pero pueden elegir subtítulos en español latino: 

• https://www.youtube.com/watch?v=jfqtOTwUcKE&t=5s

Y un vídeo que explica la empatía, también está en inglés, pero viene con los subtítulos en el vídeo. A veces solo necesitamos conectar emocionalmente con otra persona, sin recibir esas palabras de positivismo que creemos ayudan. 

• https://www.youtube.com/watch?v=oMk-2OWyfvo&t=10s