Segunda semana
Desde que comenzó mi hospitalización el 19 de enero en el hospital de La Mesa, Cundinamarca, he mantenido una actitud positiva a todos los exámenes y procedimientos que me han hecho. Sin embargo, no puedo decir que no hay días en que me siento con ganas de salir corriendo. El encierro por tanto tiempo en una habitación es insoportable a veces, sobretodo cuando estás acostumbrado a realizar mil actividades. Por eso, cada día busco una motivación para aguantar y distracciones para no pensar en lo que viene sino vivir el presente minuto a minuto.
Esta segunda semana ha comenzado bien. He mantenido mi fortaleza mental a pesar de añorar la libertad que produce estar sano, ya recibí mi segunda transfusión de sangre y mi primera transfusión de plaquetas y crioprecipitados. Ahora se viene otra sesión de quimioterapias y espero que mi cuerpo siga tolerando amablemente como lo ha hecho hasta ahora. Por el momento, lo único que he sentido ha sido dolor de cabeza al pararme y eso me parece que está bien. Escucho en las otras habitaciones pacientes que sienten mucho dolor y me asusta pensar que yo también lo sentiré.
Tengo la fortuna de contar con los recursos para tener todo lo que pido. Estoy comiendo comida hecha en casa, ya que me apetece más que la comida de hospital, la cual después de casi dos meses de hospitalización se vuelve desabrida.
Ahora estoy esperando por mi quimioterapia y la punción lumbar, que me deja tumbada por tres horas. Ya no me asustan estos procedimientos, pues ya los he vivido y sé qué voy a sentir y cómo me voy a sentir. Solo debe concentrarme en la respiración y así el tiempo se pasa volando y todo termina.
Reflexión: Hay que ver lo positivo en la adversidad, aferrarse a pequeñas felicidades como colorear, leer, jugar, hablar, escribir y sentir. He aprendido que esas pequeñas cosas cambian la percepción de la vida y ayudan a hacer los procesos más llevaderos. Seamos felices con los pequeños placeres de la vida.
Esta segunda semana ha comenzado bien. He mantenido mi fortaleza mental a pesar de añorar la libertad que produce estar sano, ya recibí mi segunda transfusión de sangre y mi primera transfusión de plaquetas y crioprecipitados. Ahora se viene otra sesión de quimioterapias y espero que mi cuerpo siga tolerando amablemente como lo ha hecho hasta ahora. Por el momento, lo único que he sentido ha sido dolor de cabeza al pararme y eso me parece que está bien. Escucho en las otras habitaciones pacientes que sienten mucho dolor y me asusta pensar que yo también lo sentiré.
Tengo la fortuna de contar con los recursos para tener todo lo que pido. Estoy comiendo comida hecha en casa, ya que me apetece más que la comida de hospital, la cual después de casi dos meses de hospitalización se vuelve desabrida.
Ahora estoy esperando por mi quimioterapia y la punción lumbar, que me deja tumbada por tres horas. Ya no me asustan estos procedimientos, pues ya los he vivido y sé qué voy a sentir y cómo me voy a sentir. Solo debe concentrarme en la respiración y así el tiempo se pasa volando y todo termina.
Reflexión: Hay que ver lo positivo en la adversidad, aferrarse a pequeñas felicidades como colorear, leer, jugar, hablar, escribir y sentir. He aprendido que esas pequeñas cosas cambian la percepción de la vida y ayudan a hacer los procesos más llevaderos. Seamos felices con los pequeños placeres de la vida.

Te amo hermosa bebé. Eres todo un ejemplo de valentía y resiliencia.
ResponderBorrarTe amo mami
BorrarAsí es amor dsifrutar los pequeños momentos y las pequeñas victorias. Cuentas conmigo para lo que necesites te amo!
ResponderBorrarTe amo, eres increíble.
BorrarAlimentarse de las cosas pequeñas que te da la vida, excelente lección.!!!!
ResponderBorrarVamos aprendiendo día a dia algo nuevo 🥰
BorrarEn maestra de vida te has convertido con lo que escribes, eres admirable.
ResponderBorrarJejeje, vamos aprendiendo en el camino.
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