Por fin en casa

Llegar a casa tras un poco más de dos meses en hospitalización es una alegría enorme, no hay exámenes, no hay tratamientos, no hay dolor. Sin embargo, volví a hacer reacción alérgica a otro medicamento, uno de los antibióticos que debía tomar, y así pasé el domingo y el lunes acostada. Desde que comencé este viaje había perdido 10 kilos, con estos últimos dos días en cama perdí otros 2. Pasé de ser una mujer de 53 kilos, cuando no está haciendo ejercicio, a una mujer de 41.4 kg. Sé que debo reponer el músculo y para eso estoy haciendo ejercicios de fortalecimiento, pero la alergia todavía hace estragos en mi cuerpo: me cuesta mantenerme de pie o sentada con las piernas abajo, ya que sube la frecuencia cardíaca y debo recostarme de nuevo para regular mis signos vitales. Tengo poco menos de 15 días para recuperar algo de masa muscular con el fin de hacerle frente a la nueva etapa, la etapa de consolidación. 

Tuve un momento de debilidad estos dos días que la alergia me golpeó. No es sencillo sentir que no se pueden hacer las cosas por uno mismo, sobretodo cuando te estabas sintiendo mejor. Mi mente quería hacer muchas cosas, cocinar por mi cuenta, continuar el ejercicio, bañarme, pararme, caminar y parecía que mi cuerpo se negaba a ello. El cansancio, la picazón, la falta de oxígeno en los pulmones me impedían hacer lo que quería y eso chocó con mi ánimo, con el trabajo mental que he desarrollado a lo largo de este desafío. Me derrumbé en silencio, me vi acorralada y finalmente lloré un rato hasta que desahogué mi alma. Luego, me sentí mucho mejor. 

Ahora estoy nuevamente fortalecida. A pesar de que mi cuerpo no está completamente recuperado y que me cuesta realizar ciertas tareas, estoy más tranquila, recargada y lista para continuar con mi fortalecimiento muscular. Estoy tratando de generar una rutina diaria, algo que pueda seguir para mantener la calma y la energía. En las mañanas el desayuno y el ejercicio, en la tarde el almuerzo y algo de trabajo mental, ya sea leer o estudiar, en la noche la cena y el descanso. No soy muy ágil actualmente, me toca tomarme un tiempo para completar las tareas. Eso quiere decir que, debo continuar trabajando la paciencia, que debo dejar de preocuparme por un futuro incierto y que cada día es un nuevo día para mejorar, es un día menos de tratamiento y es un paso más cerca a la meta: vencer el cáncer. 

Reflexión: Está bien tener momentos de debilidad, desahogarse, liberarse. No siempre se puede ser fuerte y no hay que aparentar serlo, pero no hay que rendirse. La lucha recién comienza y hay más cosas buenas que malas esperando al final y durante el proceso. 

Dani.